L'interview de la semaine 

Maria Del Mar Moreno 

"Necesito el baile. Es vital para mí" 
Texte : Manuel Moraga

Soñadora...

"Soñaba con bailar por seguiriyas con un traje negro en el Teatro Villamarta", afirma la que año tras año conquista al público que abarrota ese emblemático espacio jerezano en su prestigioso Festival.

Jerezana...

"Soy jerezana profunda", confiesa y se libera la autora de "Viva Jerez" y de "Jerez puro, esencia"... Pero también de "María, María" es Jerez porque María, a pesar de ser del Mar, pertenece a la tierra.

Honesta...

"No quiero demostrar lo que no soy ni dar una imagen de lo que no sé", asume y sentencia una mujer emprendedora cuya materia expresiva es la tradición pero que, sobre todo, es artista comprometida con su tiempo… Y ese es un gran talento. El talento de María del Mar Moreno.


El flamenco... ¿desde chiquitita?

Sí, desde muy pequeñita. Desde que me conozco tengo, sobre todo, el recuerdo del cante, porque Jerez ha sido fundamentalmente tierra de cante. Es cierto que también esto ha ido cambiando porque, por ejemplo, el Festival de Jerez hace que el baile tenga una proyección cada vez más importante. Pero lo primero que se escuchaba en mi casa era el cante, y además, el cante más variopinto: desde el más jondo de Mairena, Terremoto, Caracol o el Serna, hasta la copla, las sevillanas y lo folclórico. Todo iba de la mano. El cante más puro, por así decirlo, venía más de mi padre. Siempre he tenido esa referencia y desde siempre me ha gustado mucho. Además, como mis padres han sido muy aficionados me llevaban a todos los grandes festivales. Tengo el recuerdo, por ejemplo, de que cuando tenía unos cinco años ya veía a Fernando Terremoto o a Tía Juana la del Pipa… He crecido con eso. Así que de forma natural he ido aprendiendo a cantar y a bailar… A tener oído, a desarrollar compás… Cuando tenía 9 años ya le decía a mi padre que quería aprender a taconear, porque quería aprender la técnica del baile en sí. Tuve la suerte de que mis padres tuvieron la genial idea de apuntarme con Angelita Gómez, que por aquel entonces tenía una escuela de arte con Manuel Morao. Estuve con ese magisterio hasta los quince años. Entonces, aunque mi caso no ha sido de artistas, sí que a todos les gusta un cante más que nada.

¿En qué momento decidiste que tu vida iba a ser el baile? ¿Fuiste consciente de ese paso o la vida y la afición te fueron llevando por un camino sin retorno?

La vida te va llevando. Es verdad que de pequeña una tenía ese sueño de ser artista. Recuerdo que muchas veces me dormía pensando en que alguna vez bailaría en el Teatro Villamarta... Esa idea me rondaba siempre. Cuando tenía 6 u 8 años, el Villamarta era un teatro precioso, pero en declive. Por allí habían pasado los más grandes: Caracol, La Paquera… Y cuando mi padre me llevaba a ver cine allí, yo me dormía con esta imagen: soñaba con bailar por seguiriyas con un traje negro en el Teatro Villamarta. Está claro que con esa edad, esos pensamientos no dejan de ser una ilusión de niños o un juego de candilejas. A partir de los 14 años empecé a trabajar en la compañía Gitanos de Jerez, de Manuel Morao, y fue ahí cuando tuve que empezar a plantearme la elección entre los estudios y el baile. Fue entonces cuando empecé a tener claro cuál iba a ser mi camino.

"Utilizo el concepto "puro" como esencia de las cosas y nunca como un concepto excluyente, es decir, "puro" como integrador" 


Un camino que fue ¿fácil o complicado?

Ha habido de todo. Cuando el tiempo ha pasado lo que más tienes son buenos recuerdos. La memoria es selectiva y se queda con lo mejor, sobre todo en mi caso, que soy una persona muy positiva y siempre intento verle lo más bueno a la vida. Pero sí fue difícil porque yo no venía de ninguna familia de artistas, de ningún barrio de Jerez. .. Al principio tu ciudad es lo que más te marca, y encontrarte siendo una niña que nadie conoce, que no sabe quién es, se hace complicado. Además, soy una persona que aunque aparezco sociable y divertida, tengo un fondo muy introvertido. Soy una persona muy "seria" por dentro. Así que me costó, sobre todo, a la hora de relacionarme con los demás: no por tener problemas con los artistas -que nunca los he tenido- sino por darme a conocer y a respetar.

¿Hubo tentaciones de tirar la toalla?

Ha habido momentos en que... En fin, no es que pienses en tirar la toalla, pero sí me replanteé mi situación ¿merece la pena tanto esfuerzo, tanto sacrificio personal? Ocurre con frecuencia que con este arte uno se olvida un poco de su vida personal, y ahí le ves la cara a muchos problemas: verte sola con tantas cargas… Entonces te replanteas todo...Ese es el día a día. Creo que esto ocurre en todas las profesiones.

Paralelamente a tu trabajo hiciste una carrera universitaria ¿Qué te ha aportado ese conocimiento a tu vida personal? Y artísticamente ¿te ha influido a la hora de plantear tu camino?

Completamente. Una de las mejores cosas que he hecho ha sido el haberme dedicado también a estudiar, concretamente Filología Hispánica en la Universidad de Cádiz. Para mí fue un periodo muy importante. En mi carrera artística, el meterme de lleno en la literatura, la lengua y la filosofía me apartó de estudiar otras cosas, pero hoy día, según analizo mi trayectoria artística y personal, creo que ha sido una de las mejores cosas que he hecho, porque eso te abre la mente, conoces otra disciplina, te ayuda a ser más disciplinada en tu trabajo, a tener una forma de estudio, a saber que todo cuesta mucho y a constatar que no basta con la inspiración y el duende, como suele decirse, sino que todo hay que trabajarlo. Como decía Picasso: que la inspiración me coja trabajando… El caso es que también mi carrera universitaria me ha ayudado también a la hora de encontrar historias que contar, a la hora de saber cómo se trata un personaje a nivel teatral, a analizar el cante desde el punto de vista lingüístico, a crear nuevas letras, etc. Todo lo que uno estudia termina enriqueciéndote. Por el contrario, por ejemplo, he sido siempre una bailaora que sólo conoce la técnica del baile flamenco: no he tenido la oportunidad de estudiar la carrera de danza, y hoy cada vez se ve más danza en el flamenco.


En tu web escribes unos textos interesantes con expresiones que llaman la atención, como "Jerez frente al mundo" ¿Cómo es Jerez?

Jerez es muy especial. Yo soy jerezana profunda. Creo que hay dos tipos de jerezanos: por un lado los que se dan golpes de pecho pero que al final no comulgan ni profesan, y por otro lado estamos los jerezanos profundos, que somos los más calladitos, los que menos ruido hacemos, pero somos los que más dentro llevamos a Jerez. Cuando hablo de "Jerez Puro" -que es la marca de nuestra empresa- utilizo el concepto "puro" como esencia de las cosas y nunca como un concepto excluyente, es decir, "puro" como integrador, y para mí, Jerez es una ciudad para estudiar antropológica y sociológicamente. Por su historia, por su cultura, te encuentras el arte por los rincones de esta tierra, pero el problema está en cómo canalizar ese arte y a todos esos artistas, porque luego no todo el mundo es artista ni es profesional. Es una ciudad compleja, culturalmente muy rica, pero que le queda mucho porque tiene que abrirse más al mundo. Afortunadamente están ocurriendo cosas en esta tierra que ya no son proyectos, sino realidades, como el Festival de Jerez que dirige Francisco López con un equipo de personas maravillosas que se dejan la piel para hacer un festival impresionante. O las fiestas de Otoño, que cada vez están más trabajadas… Aquí es muy fácil criticar: se critica la gestión, se critica la política, se critica al artista, pero luego hay una serie de personas que se dedican en cuerpo y alma a hacer que este arte sea cada día más grande y que se lleve a Jerez por el mundo. Creo que a Jerez le hace falta un poco de valoración con su propio artista, pero sin pasarse al otro extremo, porque otro de los problemas de esta tierra es que se cae en el chauvinismo o se cae en el desprecio. Tenemos que encontrar el equilibrio entre ayudarnos unos a otros y no aplaudir todo lo que se ponga en el cartel ni criticarlo a la primera. Y esto es extensible a todo, no sólo se queda en el flamenco: se puede aplicar a todo lo que es emprender, a todo lo que es crear empresas o abrir caminos… Es una ciudad muy especial que hay que estudiar: tiene muchas complejidades, pero es muy rica.

Profesionalmente ¿de qué te sientes más orgullosa?

De haber conseguido tener una Compañía que esté conmigo en mi trabajo. Una Compañía que prácticamente es mi familia y con la que me siento arropada. Haber conseguido un grupo de trabajo -y no solamente de artistas, sino también de funciones como la de técnico de sonido, o la persona que lleva la web o la gestión, etc.- que realmente está conmigo y te transmite la sensación de que no estás sola. No solamente están conmigo porque trabajan conmigo, sino que en mi caso me siento realmente acompañada, porque si hay dinero están y si no lo hay, también están, y eso es muy importante. Es la base para poder crear y para poder trazar caminos a largo plazo.

¿Te arrepientes de algo?

Profesionalmente no me arrepiento de nada. Lógicamente una tiene que equivocarse algunas veces, pero mi carrera profesional ha ido quemando etapas: de empezar en las verbenas con 10 años bailando por sevillanas, desde hacer tablaos, bodegas y fiestas, desde haber empezado con 14 años con Manuel Morao a pasar a ser pareja artística del Pipa o invitada en los espectáculos de Paco Cepero… En fin, que desde muy pequeña he trabajado en distintos espacios escénicos y con muy diferentes artistas. Me acuerdo que el primer contrato que tuve fue con Manuel Parrilla… ¡nada menos que Parrilla de Jerez!… De modo que no me arrepiento de nada porque los muchos o los pocos errores que haya podido cometer me han servido para aprender. Es importante caerse y levantarse porque si no, no se crece.

"Es importante caerse y levantarse porque si no, no se crece" 


"Intento que lo más importante de mí sea la sinceridad y la honestidad" 


¿Qué te hace feliz?

Sentirme querida y valorada con sinceridad. Como sabes, en el mundo del arte hay muchas palabras que se las lleva el viento y me hace muy feliz ver que tengo tres o cuatro personas a mi alrededor que me apoyan, como mis padres o mis hermanos, y uno de ellos es guitarrista mío, así que imagínate. Como te decía, lo más importante para mí es sentirme apoyada y querida y, después, el cariño y la admiración sincera de muchas personas que me siguen a lo largo del tiempo, gente que me alaban un trabajo o que me lo critican positivamente, con sinceridad.

¿Cómo define María del Mar Moreno a la María del Mar Moreno artista?

Bueno, quizá sea la gente que te conoce la que mejor te sepa definir porque una quizá se engañe o no tenga una visión objetiva de sí misma… Intento que lo más importante de mí sea la sinceridad y la honestidad. No quiero demostrar lo que no soy ni dar una imagen de lo que no sé. Lo que tú ves en un escenario lo he estudiado y analizado profundamente, lo he digerido. Si te hablo de Otelo me habré leído toda la obra de Shakespeare y me habré aprendido toda la música. Es decir que lo que nunca haré será engañar al público, porque lo primero es no engañarte a ti mismo. Por eso, creo que lo que más puede definirme al subirme a un escenario es la honestidad: la sinceridad conmigo misma y con los que me rodean. Y eso es lo que hace que el público, le gustes o no, te respete.

¿Y cómo es la María del Mar Moreno, persona?

Eso es más complicado, porque tengo muchos matices…. Soy muy soñadora, creo que la vida es bella, aunque después ves que las cosas son muy duras y que la realidad está ahí, pero creo que lo más importante es que tengo mucha energía, como mi madre. A lo mejor estoy muy cansada y de mis cenizas salgo volando. No sé de dónde me sale pero tengo mucha positividad que, por otra parte, tengo que aprender a canalizarla y ese es un objetivo en mi vida, canalizar esa energía para llegar a buen puerto. La energía, las ganas de vivir...Esa es una característica importante de mi vida.

¿Te PREGUNTA2s por qué bailas?

Sí, y la respuesta es fácil. Podría hacer otras cosas... Por ejemplo, se me daba muy bien la literatura en la Universidad y me encantaba escribir, pero creo que el baile unido al teatro, a todo lo que es el mundo del arte es lo que me ayuda a poder expresarme. Si no tuviera el baile tendría más problemas y vería la vida de otro color. El baile me ayuda a canalizar esas energías que te comentaba, desde la alegría, a la pena y todos los sentimientos profundos. Necesito el baile. Es vital para mí.

¿Si volvieras a nacer volverías a ser bailaora?

Sí, sin duda. Bailaora o cantaora, porque el cante me apasiona. Empecé a bailar gracias al cante, que me atraía muchísimo. A mí me cuesta mucho bailar sin un buen cante. Necesito tener a mi vera a un buen cantaor o a una buena cantaora. Pero no, no me cambio por nadie. Sería bailaora, seguro.

Questions, réalisation : Manuel MORAGA


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flamenco-culture.com - 13 Juin 2008